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Bombillas fundidas
Uno de los problemas más habituales en los automóviles, pero que puede causar hasta una multa por parte de transito vial es viajar con faros apagados. El sistema eléctrico que alimenta las bombillas internas y externas puede tener puntos de tensión que terminan por acabar con las bombillas antes que cumpla su periodo de vida útil o por un exceso de humedad. Sea cual sea tu caso, una vez detectes la falla es recomendable que lo cambies cuanto antes. Regularmente esto puedes hacerlo tú mismo, pero debes asegurarte de que estás comprando la bombilla correcta antes de colocarla en el sistema. En tiendas como Autozone te pueden orientar en este tipo de casos.
Disco de freno
Una de las fallas más comunes y peligrosas que puede presentar un auto se encuentra en sus frenos de disco. El roce entre la rueda y el freno desgasta este último, por lo que deben cambiarse al menos cada 100,000 km. Sin embargo, esta cifra puede variar según el tipo de conducción del coche, la humedad de la zona o la calidad del material. Si detectas que debes de pisar a fondo para frenar o al primer intento el auto no frena totalmente, asiste a un mecánico para que vea esta falla.
Perdida de aceite
El aceite en el motor es importante para su buen funcionamiento y que se mantenga en excelentes condiciones. Una fuga de este puede llegar a provocar desde una falla hasta la muerte –literalmente- del motor de tu automóvil. Si detectas pequeñas manchas de aceite en donde estacionas habitualmente tu auto o el panel marca un bajo nivel de aceite, es necesario llevar a tu coche a un taller para que encuentren el punto de fuga y lo atiendan de inmediato.
Fuga de refrigerante
Mantener el motor a una temperatura media es lo ideal para no acabar con él. El líquido refrigerante (agua y anticongelante) es el encargado de evitar el sobrecalentamiento. Su perdida puede suponer un problema que debe de repararse antes de que él motor eche humo.