Es muy común pensar que sólo las personas de la tercera edad o, en algunos casos, los adultos son los únicos que pueden tener problemas de audición; sin embargo, este es un pensamiento equivocado, ya que los bebés y los niños también son propensos a sufrir sordera o hipoacusia (término médico).
Este padecimiento se caracteriza por la imposibilidad de percibir los sonidos, es decir, hay una pérdida auditiva. Por ello, es sumamente importante prestar atención a los niños para poder diagnosticar la enfermedad a tiempo y tratarla con cirugía o con el uso de aparatos para la sordera economicos.
Los médicos especialistas piden a los padres que evalúen el comportamiento de sus bebés durante los primeros meses de vida. Para esto es necesario estimularlos desde pequeños: ver si el bebé parpadea, si se despierta cuando hay ruidos a su alrededor o si la voz de su madre puede calmarlo cuando está inquieto.
Entre los 3 y 5 meses de vida, los bebés ya pueden dirigir sus miradas o girar sus cabezas hacia alguna fuente de sonido; y a partir de los 6 a los 9 meses, ya mueven todo su cuerpo y buscan los sonidos. Sin embargo, si los padres noten que esto no sucede o tienen la sospecha de que algo no anda bien, es necesario que consulten a un otorrinolaringólogo de inmediato.
Un diagnóstico temprano de esta enfermedad, puede evitar que los niños desarrollen dificultades a la hora de aprender el lenguaje y desarrollar el habla. Hay niños que tardan en hablar y, en algunas ocasiones, la causa es la sordera y los padres no lo saben.
Por estar razón, es muy importante que los padres presten atención a cualquier señal que les haga sospechar que, tal vez, su hijo padece de hipoacusia. Si la sordera no se diagnostica ni se trata a tiempo, cada vez será más complicado hacerlo, y el niño puede sufrir muchas dificultades en su crecimiento.
A continuación, te presentamos una lista de los síntomas que pueden hacer sospechar a los padres que su niño tiene hipoacusia infantil: